Si ya desarrolló su sitio, revise que le esté brindando la posibilidad de ajustar su contenido al ritmo del cambio de su negocio. Si todavía no lo ha hecho, no se deje tentar por la vieja forma de hacer las cosas, exija que el contenido sea administrable por usted.
Es claro que el avance de tecnologías como la Web, a cuyo inventor le fue otorgado recientemente un premio de más de 1.2 millones de euros, ha causado un impacto enorme en la concepción de las tecnologías de información, su aplicación, y la condición de facilitadoras de cambio en las empresas.
Los primeros desarrollos sobre la Web incorporaron escasamente texto y algunas imágenes, y se hacía uso extenso de lo que hasta ese momento era una maravilla, la posibilidad de utilizar vínculos entre los documentos de tal manera que se pudiera saltar de un lado a otro sin mayores tropiezos, y en especial, sin perder el "hilo" de la información. Hoy los enlaces con elemento indispensable en un sitio, y hasta se efectúan colecciones de los mismos como "mapas de navegación" para los usuarios.
La primera era, si pudiéramos llamar así a un período tan corto, del uso de estas tecnologías en forma comercial está llegando ya a su fin, con el advenimiento de plataformas tecnológicas que le dan un control al usuario sobre el contenido del mismo. Las implementaciones de la primera era exigía una determinación inicial del contenido a publicar, con el agravante que los errores o las modificaciones requerían alto nivel de conocimiento de ingeniería para aplicarlos. Este contenido era incorporado en el portal en su versión inicial y no se efectuaba nada más. El objetivo del sitio era incursionar en la Web, no quedarse atrás, y hacer lo que se podía entonces, tener una presencia básica con alguna información por lo general tomada de los folletos empresariales, y darle la posibilidad al visitante que contactara con la empresa.
La velocidad en el ritmo de los negocios actuales exige pensar los sitios un poco más allá, y aunque se ven ya algunos sitios actuales incorporando las tendencias de la "nueva era" en portales, todavía quedan muchos por convertirse, y peor aún, todavía se están gestando sitios nuevos con tecnologías estáticas.
La nueva plataforma exige en la parte de ingeniería un desarrollo de arquitectura orientada enteramente al usuario (el dueño del sitio) de tal manera que pueda administrar todo lo que en él sucede, con la velocidad que lo requiera. En la medida que se le dan libertades o se le asigna funcionalidad al usuario, se dificulta también el problema en la exigencia tecnológica. Para citar un ejemplo, si el portal le permitirá al usuario colocar contenido gráfico, como fotografías, deberá también incluir criterios apropiados de tamaño y calidad de las imágenes a incorporar, teniendo en cuenta el impacto sobre el tiempo de descargue de la página, y la afectación de la diagramación del sitio. En la primera era estas decisiones las tomaba el diseñador, y eran estáticas. Ahora se requiere que el usuario las pueda tomar, y sean completamente dinámicas.
Funcionalidades como la que se describe arriba es propia de un sistema de administración de contenido. Existen muchos sistemas, cada uno con sus ventajas y desventajas, sin embargo es indispensable seleccionar el que mejor se amolde al usuario en facilidad de uso, más que en requerimientos técnicos. El usuario será quien maneje el contenido y dirija el rumbo del portal, si la interacción con el usuario es compleja, se pierde todo el propósito inicial.
De la misma manera es indispensable que sobre este sistema también se puedan incluir mejoras funcionales y técnicas. Las primeras entregarán al usuario mayor flexibilidad, y la segunda mantendrá actualizada la plataforma para acomodar las tecnologías emergentes. Es aquí donde generamos como un viaje al pasado, cuando desarrollábamos aplicaciones de software. Los sitios Web se han convertido en aplicaciones de Software, tal vez no tan dimensionadas todavía como los paquetes de ERP, o CRM, pero no demoran en estar en las mismas categorías de importancia, y tal vez en mayor importancia en la generación de una ventaja competitiva.
Si ya desarrolló su sitio, revise que le esté brindando la posibilidad de ajustar su contenido al ritmo del cambio de su negocio. Si todavía no lo ha hecho, no se deje tentar por la vieja forma de hacer las cosas, exija que el contenido sea administrable por usted.
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